La vicuña es un hermoso animal salvaje que habita en el altiplano Sudamericano. Estuvo a punto de extinguirse, pero desde 1969 se lleva a cabo un estricto trabajo de conservación con el que están comprometidos Perú, Bolivia, Argentina y Chile.
El pelo de vicuña es bastante apreciado por su calidez: las fibras tienen escamas que al hilarlas se entrelazan y aíslan el aire. Esta fibra mide entre 12 y 14 micrones de diámetro. Catalogándola como la fibra animal más fina y cara del mundo.
Las propiedades que más resaltamos del pelo de la llama es que es liviano y térmico. No produce estática y es ignífugo; ofrece confort en cuanto a la humedad. No contiene lanolina (aceite que se encuentra en la lana de oveja), por lo que no es grasoso y es hipoalergénico (las personas sólo tienen alergia a la lanolina).
La fibra de la llama produce diferentes tipos de fibras, entre gruesas y delgadas; su grosor varía entre 20 y 40 micrones. Por ello, el vellón es clasificado (en función a diferentes partes del cuerpo) y descerdado (proceso donde se quita el pelo grueso), de esa forma se obtiene una buena proporción de fibras finas. La producción de pelo, promedio por llama por año, es de 1 kg aprox.; de esto se seleccionan unos 300grs de alta calidad.
Las alpacas son animales propios de Los Andes, cuyo pelo hoy en día es más cotizado que el cashmere, por sus sorprendentes propiedades. Es casi 8 veces más abrigada y 3 veces más resiste que la lana de oveja.
Las fibras de alpaca son clasificadas manualmente de acuerdo a su finura en calidades como Royal Alpaca (menos de 19 micrones), Baby Alpaca (22,5), Alpaca Super Fina (25,5). La calidad Baby, no necesariamente proviene de animales bebés, puede provenir de un adulto extremadamente fino. También es importante saber que las Alpacas son esquiladas o rasuradas, no es necesario matar al animal para conseguir su lana, ya que además son animales domesticables, y su cuidado es más amigable al medio ambiente que las cabras de chamira.
Es recomendable mantener prendas de este tipo de fibra en un armario limpio junto con varios bloques de cedro, o bolsas de tela que contengan clavos de olor, lo que ayudará a mantener alejadas a las polillas, sin darle el olor desagradable de la naftalina. También es aconsejable airear este tipo de prendas al aire libre, preferiblemente en días helados, ya que las polillas no pueden sobrevivir en el frío.
En caso de encontrar polillas en uno de sus tejidos, simplemente puedes colocarlos en una bolsa de plástico dentro del congelador durante 24 horas, mientras limpias tu armario a fondo y rocías tu habitación con repelente de polilla. Las fibras de lana natural son autolimpiables, se pueden ventilar y a menudo es suficiente para darle un nuevo comienzo.
Es importante saber que las fibras naturales son especialmente sensibles a las altas temperaturas y cualquier cambio en la temperatura del agua. Si su lavadora tiene un ciclo de lana suave, puede proceder con éste, colocando del revés la prenda. Sin embargo, es preferible lavar a mano los artículos y secarlos en una superficie plana, para que al colgarlos y con el peso del agua no se estiren.
Evitar el uso de secadoras, ya que cualquier temperatura alta, desde un secador o incluso una plancha, podría dañar las fibras y desgastar el diseño antes de tiempo. Es recomendable usar jabones especiales para lana, de no encontrarlos en el mercado, lo más recomendable es el champú para el cabello. Si no es posible lavar a mano, limpieza en seco.